1-1. Demasiado premio para los pocos méritos del Atleti.
El Atleti salvó un punto en los últimos minutos en un partido tan gris como los del Levante, Sporting o Herculés. Afortudamente, esta vez el equipo no perdió, aunque por actitud y juego lo mereció. El Getafe, sin realizar nada especial, hizo lo suficiente para haber ganado a un apático equipo rojiblanco.
El partido empezó una vez más de la peor manera para nuestros intereses, ya que a los dos minutos, el ex-rojiblanco Manu del Moral con la suerte de un rebote en la espalda de Godín, marcó el 1-0 con un certero remate cruzado que sorprendió a De Gea. Un partido más a remar contra corriente desde el principio. Y durante los primero 45 minutos, el equipo remó muy poco y de manera anárquica. Apenas dos tiros a puerta de Reyes, uno de falta sin excesivo peligro y otro desviado de tiro lejano, fueron el único bagaje ofensivo de esta primera parte por parte colchonera. Los azulones por su parte, pudieron marcar el segundo gol en un balón que se paseó por delante del larguero de De Gea, pero que por suerte no entró y mantuvo al Atleti en el partido.
La segunda parte, empezó sosa y anodina, sin ocasiones ni juego por ninguna de las partes. Así, hasta que Quique decidió mover el banquillo y dar entrada a Mario Suárez y a Elías. A partir de ahí, parece que el Atleti empezó a querer el balon, aunque sin mucho criterio ni orden, pero al menos. con más empuje. Y así, hasta el minuto 37 en la que un buen balón colgado por Forlán, en su nueva labor de asistente, fue rematado magistralmente de cabeza por Elías al palo contrario de Codina. Golazo y un punto rescatado in-extremis. Pero todavía quedaba tiempo para sufrir y para que De Gea hiciera su aparición estelar de casi todos los partidos. Fue en una gran parada tras un remate de cabeza azulón picado abajo que detuvo en dos tiempos con suspense.
Un punto para cada equipo que no le vale a ninguno. Sin duda, sumar de uno en uno, no vale para llegar a la meta, pero peor es sumar de 0 en 0 como no hace muchas jormadas. Afortunadamente, aunque el equipo no mereció puntuar, aprovechó los tropiezos de nuestros "nuevos e inesperados rivales": periquitos y leones.
