4-3 Sin sufrimiento, ¡no sabemos vivir!. ¡Viva la emoción!
Parece mentira que el Atleti tuviera que pedir la hora desesperadamente cuando en el minuto ochenta, ganaba por 4-0, pero el Atleti, fiel a su tradición, parece que no sabe ganar sin sufrir. Y este partido fue la mejor muestra de ésto.
En plena exhibición de goles de Falcao, con dos ‘hat trick’ en sus dos últimas actuaciones con la ‘rojiblanca’, Simeone había exigido a sus centrocampistas una mayor colaboración en este sentido. Reclamaba llegadas y acierto. Justo, lo que el Atleti tuvo en un primer momento ante el Rayo. El equipo colchonero tenía pinta de golear en su derbi a los vallecanos con tantos de Mario, Koke y Arda. Y, cómo no, Radamel Falcao. Pero la goleada acabó siendo interrumpida por un relajamiento final que el Rayo aprovechó con tres goles y estuvo a punto de acabar en pesadilla para los del Calderón.
Preocupaba el partido ante un Rayo que llegaba imbatido al Manzanares y dispuesto a dar guerra con un sistema valiente con tres defensas. Preocupaba además porque el Atleti accedía al choque después de ofrecer la Supercopa a sus aficionados, y con el temor de que les pasase factura ese ‘Virus FIFA’ que afectaba a seis de los titulares. No fue así hasta los últimos minutos. Pese a que se respiró cierta igualdad durante la primera mitad, el gol de Mario Suárez daría pie a una exhibición local y al desplome posterior. El canterano aprovechó una asistencia de Diego Costa, sorpresa en el once de Simeone, para abrir la lata.
Con Falcao y Diego Costa, goleadores, como principales motores del juego ofensivo de los rojiblancos, llegaría un vendaval que se tradujo en tres goles en siete minutos. El segundo de Koke y el tercero de Arda siguieron además el estilo del primero de Mario. Ingreso por banda, asistencia de lujo y tanto a placer. A Koke el tanto se lo cedió el brasileño. Al turco, Juanfran.
Y cuando Falcao parecía dar por concluido el partido tras marcar el penalti provocado sobre Diego Costa, el Atleti se echó a dormir, para enfado de Simeone. De este modo, permitió que el Rayo les hiciese tres goles en cuestión de siete minutos. Delibasic en dos ocasiones y Leo Baptista en otra pusieron al Calderón al borde de un ataque de nervios. Finalmente, el Atleti ganó dejando un sabor agridulce.