Al Atlético le bastó parecerse mínimamente a sí mismo durante un tramo del segundo tiempo para conseguir ganar al Granada y asegurarse llegar 13 años después por encima del Real Madrid al derbi del Santiago Bernabéu. Un tanto de Arda Turan acabó por traducir en tres puntos los únicos minutos en los que los rojiblancos fueron superiores a los nazaríes. Los del Cholo se mantienen así segundos en la clasificación y alejan los fantasmas que surgieron tras sus dos últimos tropiezos como visitante en Valencia y Portugal.

El inicio del partido confirmó la intención del Granada de tirar la clasificación a la basura. Con solo un triunfo en sus cinco partidos anteriores en Los Cármenes, los nazaríes salieron decididos a tumbar al segundo clasificado. Olvidaron el favor que les hicieron los rojiblancos en el desenlace del pasado curso, un gol de Falcao les liberó del descenso, y mostraron su propósito de incomodar a los del Cholo, ya de por sí alejados de su mejor versión, aquella que ofrecen en el Calderón.

A los siete minutos, Siqueira probó con un disparo que se marchó fuera. A la jugada siguiente, El Arabi cabeceó un balón que rondó el arco colchonero. Dos ocasiones que dieron paso a los únicos minutos del primer tiempo en el que los rojiblancos decidieron comparecer sobre el césped. Raúl García fusiló desde fuera del área a los 15 minutos, 60 segundos después Godín obligó a Toño a estirarse para sacar un remate suyo de cabeza y un minuto después el propio portero local robó in extremis a Falcao un remate franco. Punto a partir del cual el Atleti decidió desaparecer de nuevo para dar pie a un desenlace del primer acto en el que Courtois y el poste fueron los protagonistas. El arquero belga apareció para tirarse a los pies de El Arabi. El francés, tras sentar a su defensor en el área pequeña, cargó la pierna a escasos centímetros de la propia portería. Tardó lo justo para que el meta reaccionase y le tapase el disparo. Después, una contra montada por los granadinos tras un saque de esquina atlético dio pie a una aparición providencial de Arda para tirarse al suelo y desviar al palo el disparo de Torje que fue en el que concluyó un ataque vertiginoso. Una jugada cuyo rechace envió Brahimi a las nubes. Era tal el acoso, que un Falcao desaparecido decidió hasta probar desde muy lejos de la meta de Toño.

El segundo acto se inició con un jugador menos. Diego Costa tardó en entrar más de lo previsto por cuestiones de indumentaria, concretamente dos minutos, después de que un Adrián desacertado no saliese ya de vestuarios. Con el brasileño, Simeone apostó por dos puntas claros para lanzarse a por el triunfo. Y la cara del Atleti cambió.

Falcao tuvo la primera al tirarse a por un rechace en el área, pero de nuevo Toño, su particular pesadilla, fue más rápido que él para impedir el peligro. Fue el aviso atlético de que le hacían falta los tres puntos para seguir en lo alto. De este modo, a los 60 minutos apareció el propio delantero brasileño para abrir desde el propio área a la banda que corría Koke, otro de los que ingresaron durante la segunda mitad, para que este viese la entrada como un obús de Arda y que este batiese a Toño. Otro tanto del turco. Otro gol importantísimo del ‘10’, que ya ha superado con sus cuatro goles los tres que firmó en toda la pasada campaña.

Después del protagonismo de Arda, el papel se lo cedió a Diego Costa. El brasileño, que tuvo ya protagonismo en el tanto del turco, lo intentó poco después marchándose por velocidad de su marcador y plantándose ante un Toño que pudo evitar la sentencia. Después, Juanfran habilitó a Falcao que a puerta vacía, raro en él, falló en el remate. Volvió a repetirlo al final del choque. Tercer partido consecutivo del colombiano sin ver puerta. Y de poder matar el choque, a sufrir. Una segunda amarilla a Mario Suárez dejó al equipo con un hombre menos a falta de 20 minutos y al Granada con ganas de dar guerra. La respuesta del Cholo, quitar a Arda y meter a Tiago. A partir de ese momento, acabó el partido. El Granada ya no pudo generar ninguna de aquellas ocasiones claras de las que gozó en la primera mitad y acabó lamentando.